¡Bienvenidos a una nueva entrega del diario del #EuroParkTrip 2015! Antes de empezar con el día 2, os dejo una lista con las entradas anteriores:

¡Vamos a por el día 2!

Amanecía un nublado segundo día de viaje y a primera hora ya estaba en un tren RER dirección a la ciudad de París. Mi objetivo: visitar un nuevo parque y conseguir los primeros credits del tour.

Y así fue como en cerca de una hora estaba delante de Le Jardin d'Acclimatation, un pequeño parque urbano en el centro de la capital francesa a un par de paradas de metro del conocido Arc de Triomphe.

Tras el pago de la entrada a través de maquinas automáticas localizadas frente a la puerta del recinto, accedí al parque que, a primera vista parece eso mismo: un parque urbano, con amplias avenidas, zonas arboladas… pero mi objetivo estaba claro: ir a la zona del parque donde se encuentran las atracciones, y en particular, los credits.

Cuatro de ellos hay en este parque, aunque uno de ellos (Le Chenille) está reservado para niños o, al menos, para personas que miden menos de 1m40. Y creedme, intenté convencer a la cajera/operadora para que me permitiese montar, sin éxito (decir que eres un fanático de las coasters no ayuda en estos casos, creedme).

Pero vamos a los que sí pude ridear sin problema. Empecé por Papillons d'Alice, una Junior Spinning Coaster de Reverchon. Lo único a destacar es la brusquedad de algunas curvas, por lo demás un credit familiar, muy corto y en el que la parte spinning aporta muy poco ya que son giros muy suaves.

Segundo credit: Tacot Express, una Powered Coaster de Soquet, que me sorprendió bastante en el último tramo del ciclo, donde hay un drop bastante brusco (con airtime incluido) para atravesar un túnel. Tanto me gustó la sensación que repetí una segunda vez, con el ticket que no pude usar en el credit infantil. Porque sí, cada atracción se paga a parte, a través de tickets que se pueden comprar en cada una de las atracciones, y adquirí cuatro pensando en que iba a poder montar en todos.

Y para terminar, el tercer credit que me llevé de Paris: Dragon, una family coaster también de Soquet. Poco que comentar de esta, sin duda la coaster más vistosa del parque, discurriendo sobre un lago y con una tematización oriental, pero bastante vacía de sensaciones.

Una vez conseguidos todos los credits que iba a poder conseguir, dediqué algo de tiempo a explorar el resto del parque. A destacar su gran número de flats infantiles, con las que los más peques pueden estar entretenidos un buen rato. Algo que me llamó la atención es que para cada una de las rides del parque, había un cartel en el que se detallaba la historia de la misma, sus características técnicas… sin duda un gran detalle que muestra que el parque se preocupa por cada una de sus atracciones.

Y como decía al principio, la zona de rides de Le Jardin d'Acclimatation es una parte relativamente pequeña de todo el recinto: la gran mayoría es un gran parque urbano, lleno de lugares preciosos como el jardín Coreano, o la Maison de Kiso, reproducción de una vivienda típica Japonesa. Y en muchos momentos de la visita podía disfrutar de la compañía de un gran número de aves deambulando por las calles y paseos del parque. Sin duda un oasis de paz dentro de la frenética gran ciudad que es Paris.

Y uno de los centros característicos de esa actividad fue mi siguiente parada del día. Y es que, ¡cómo pasar por el centro de Paris sin visitar la Tour Eiffel! He estado muchas veces ya en París (casi siempre para visitar Disneyland, todo sea dicho), y únicamente en mi primera visita me había acercado al gran icono de la ciudad. Y ya que este viaje iba a ser tanto parqueril como cultural, me decidí a coger un metro y pasear bajo la enorme estructura de acero.

Tras el selfie de rigor, y el picnic improvisado que monté con vistas a la torre (era ya la hora de comer), me dirigí de vuelta al RER acompañado por las gotas de lluvia que comenzaron a caer después de amenazar toda la mañana. Y así sobre las tres de la tarde, y acompañado de la lluvia, estaba de vuelta en un Disneyland Paris bastante vacío.

El resto de la tarde lo pasé disfrutando del Frozen Sing-along (otro de los grandes aciertos del 2015 en tema de shows del resort parisino), de la Star Wars Jedi Academy (una de ellas mientras cenaba una deliciosa hamburguesa Darth Vader) y montando en infinidad de majors (Big Thunder Mountain, Phantom Manor, Buzz Lightyear, Ratatouille, it's a small world, Star Tours, Space Mountain…

Y finalmente llegaron las 23h de la noche, y tocaba despedirse del mundo Disney. Eso sí, de la mejor manera posible: con Disney Dreams! Volví al hotel cansado, pero con mucha ilusión por el día siguiente, en el que empezaba el viaje por el mundo desconocido (para mí). ¡Un nuevo país y una nueva capital me esperaba!

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